Transformar lo que vendrá, sobre La Huella (por Julieta Celuci)

La Huella Asociación Civil es una organización que integramos jóvenes en Río Cuarto porque creemos que las memorias no se construyen solas. Por eso decidimos organizarnos; por eso militamos la recuperación de las memorias -todas las memorias-, como forma primera de anclar el sentido de identidad: somos porque sabemos de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. Y en ese querer ir, creemos fuertemente en el recuerdo como fuerza impulsora, potencialmente sanadora de nuestro pasado social y constitutiva de ese proyecto político, inclusivo y justo, que deseamos pulsar colectivamente. Donde sin miedos y siempre presentes, narremos nuestra vida, vivamos nuestra historia.

Nacemos como La Huella a la luz de nuestro primer proyecto en materia de memorias, género y DD HH: la recuperación histórica, simbólica y real del edificio de la Ex Cárcel y Asilo de mujeres Buen Pastor. Además de ser uno de los edificios más antiguos de la ciudad, por allí pasaron miles de mujeres, doblemente criminalizadas; no solo por su condición de mujeres en una sociedad patriarcal y fuertemente moralizante, sino también por ser pobres. Nos interesa buscar, en la genealogía de memorias, las de estas mujeres porque sus voces han sido acalladas y sus cuerpos violentamente invisibilizados en la historia de la ciudad.

Sostenemos nuestra militancia porque creemos que, aunque doloroso, es necesario pulverizarse la mirada con los cuerpos heridos de mujer, con los cuerpos políticos de mujer: un mapa que recorremos porque para construir el proyecto que soñamos, primero tenemos que afrontar esa herida.
En consonancia con esta búsqueda de memorias subterráneas, también creemos en la recuperación del Ex Buen Pastor como espacio al servicio del terrorismo de Estado, durante la última dictadura cívico-eclesiástico-militar, que persiguió, detuvo y desapareció a mujeres convertidas en presas políticas por razones ideológicas. En esta trama del terror organizado, también hubo presas políticas en el Ex Buen Pastor de Río Cuarto. Por esto, nuestra lucha es en y por los DD HH. Los de ayer y los DD HH ampliados de hoy. Porque la recuperación del Ex Buen Pastor es además un modo de repensar el derecho a la ciudad: cómo la habitamos, cuánto de ella somos, cómo la narramos.

Desde este lugar militamos: acá donde el recuerdo adopta la forma de transmisión intergeneracional, según Elizabeth Jelin, y que nos pone en situación de preguntarnos cuánto de esta historia sabemos, cuánto se dice y cuánto se calla; quiénes hablan y quiénes escuchan; quiénes tienen voz y a quiénes se la han negado. Para eso también nos hemos organizado y constituido en asociación civil: para ir en busca de estas respuestas, junto a quienes se hacen las mismas preguntas.
Con todo, creemos en adoptar el recuerdo como responsabilidad social. Porque si las memorias se construyen, se entraman, y en su condición de inacabables, nos devuelven un relato plurisignificativo, entendemos que, del mismo modo, podemos construir presente y futuro: disputando los sentidos, asumiendo territorios, creyendo en la pulsión vital de las memorias para una vida digna, y un proyecto colectivo y sensiblemente humano, en el que todes seamos parte.

En La Huella entendemos las memorias como relatos que nos debemos, que nos merecemos; como origen y como faro. Nos moviliza el abrazo común que nos reúne en la diferencia y en la equidad. Queremos asumir la construcción de un futuro en el que la dimensión vincular y afectiva sean los cuerpos sensibles donde nos apoyemos. Y ante todo, creemos en la gente y venceremos la derrota. Por todo esto militamos La Huella: porque volver sobre el olvido es transformar lo que vendrá.